sábado, 21 de abril de 2012

No me jodas, España!

Se te dobla la mirada, maestro
El látigo de la idiotez castiga
tu espalda con golpes que duelen
por ruines, más qué por fuertes.

Cuelgan de tus años de formación
orejas de burro que ensombrecen
tu cum laude con hambre sin h
y errores con ella.

Y la tiza ya no pinta en blanco,
ahora miles de conexiones
llenan las cabezas de imágenes
y música que adormecen las neuronas.

Hoy me empeñé en escribir y
todos los bolígrafos estaban
sin tinta.

Las gargantas se quiebran
en una búsqueda del respeto
perdido en tanto sucio
alarido de basura camuflada.

Tu columna se doblega
como alambre; y es que
el peso de la ley
hunde sus dedos en tus entrañas.

Y tú...maestrillo...
crees que no puedes hacer nada.
Tienes el futuro de un pueblo,
de un barrio de una ciudad...
en tus manos.

Y aún piensas que no puedes
hacer nada.

No comulgues con piedras
de molino, que luego la hernia
de hiato es mala.

Ciérrate de brazos, apaga
tu flexo de estudio, cuelga
el 'cerrado por vocación'
en tu pizarra.

Y juega a ser dios,
como ellos lo hacen contigo,
con tus compañeros,
con los hijos y los nietos,
con el mañana en que
ya no estarán ellos.
______________

Vivo con los hombros encogidos
pegados a las orejas y
ni me doy cuenta. Tal vez
sólo haya que cortar
unos hilos para dejar de
ser marioneta.

1 comentario:

GART dijo...

Toda la sociedad es responsable de la pérdida de generaciones a las que se le ha negado el derecho a la educación. Los maestros no pueden luchar solos contra esta epidemia de desidia, pero a la hora de la verdad, son los únicos que no se rinden. Ánimo.